El miércoles 7 de diciembre referentes institucionales del sistema de investigación e innovación nacional se dieron cita en el Auditorio del LATU para repasar el recorrido de la Fundación y cómo ha contribuido al desarrollo sostenible del país. Durante la jornada, además, se presentó “Evaluar para anticiparse”, un libro que contiene innovaciones metodológicas para evaluar el impacto de proyectos de I+D+i.
La Fundación fue un instrumento que comenzó a operar en 2017 con el propósito de ser un soporte para la industria en el desarrollo de procesos y productos. Mediante el acercamiento de la ciencia y la tecnología, Latitud busca identificar y trabajar sobre oportunidades de mejora de las cadenas de valor para que las empresas sean más competitivas y sostenibles.
A lo largo de estos 5 años creció la demanda en servicios tecnológicos, llevando a Latitud a compartir proyectos con diferentes sectores productivos, empresas y socios tecnológicos. A la par de ello, con una visión estratégica para posicionarse como una organización articuladora, ha fortalecido vínculos con la academia donde encuentra amplio conocimiento para volcar al sector productivo. En muchos casos hace de puente entre la ciencia y la producción, para entre otras cosas, transformar un problema que suscita en el interior de una fábrica en un tema de interés académico.
La jornada comenzó con palabras del presidente del LATU y Latitud, Ruperto Long. En su oratoria, reconoció el trabajo de todo el equipo desde sus orígenes, en múltiples áreas y en distintos departamentos del Uruguay, destacando proyectos en lácteos, hidrógeno verde, arroz y biocombustibles como muestra de su versatilidad para asumir nuevos desafíos.
Gustavo Domínguez, gerente técnico de Latitud, recordó que el equipo inicial estaba compuesto por unas 22 personas. A lo largo de estos 5 años, la cantidad de proyectos que ha asumido la Fundación supera los 100, lo que ha llevado a fortalecer, expandir y diversificar los grupos de trabajo, donde actualmente confluyen una multiplicidad de disciplinas y personal altamente calificado, con un nivel académico probado a través de un número de publicaciones anuales en crecimiento constante que se conjuga con una actitud de flexibilidad y servicio.
En su alocución, Domínguez también se refirió a la producción nacional como razón de ser de la institución, señalando que Latitud no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que pone el LATU al servicio de las empresas para facilitar la incorporación de tecnología y la generación de conocimiento, alineándose con los cometidos institucionales del LATU, políticas estratégicas de gobierno y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Esta suma de valor a la producción, como parte de la política institucional del LATU sobre evaluación de impacto, también es medida por la Fundación. Para ello, fue necesario recurrir a la academia, donde el tema aún no estaba saldado, lo que llevó a Latitud a dar soporte a un trabajo de doctorado que generara la metodología necesaria. Ese proyecto fue encabezado por Mariangel Pacheco, asesora del LATU en esta materia, que produjo una serie de insumos cristalizados en el libro “Evaluar para anticiparse”.
En el evento, el gerente general del LATU, Jorge Silveira, dio paso a la presentación de la publicación explicando que se trata de una oportunidad de profundizar una política institucional que ya venía recorriéndose, ahora en un tipo de organización poco estudiada en cuanto a evaluación de impacto. Con relación a ello, Pacheco resumió el aporte de la publicación en el principio de utilidad de la producción académica, tratándose de un trabajo pensado desde un enfoque transformador, que habilite a generar mejoras tangibles que retroalimenten la investigación aplicada en Latitud.
El encargado de cerrar la celebración fue el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini. El jerarca enfatizó la importancia de que la investigación científica y la innovación, diferentes en sus reglas, pero complementarias, se conjuguen para que la ciencia pueda aplicarse a los problemas reales de los productores y las empresas, teniendo “impacto social”.
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