El Día Mundial de la Alimentación que se conmemora cada 16 de octubre, este año celebra el 74º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y llama a la acción para promover dietas saludables, disponibles y asequibles para todas las personas, con el lema “Nuestras acciones son nuestro futuro. Alimentación sana para un mundo Hambre Cero”.
Con este lema se busca promover una acción de manera más rápida y ambiciosa, en todos los sectores, para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 para poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
La FAO estableció como objetivos para esta celebración estimular una mayor atención a la producción agrícola en todos los países y un mayor esfuerzo nacional, bilateral, multilateral y no gubernamental a ese fin; estimular la cooperación económica y técnica entre países en desarrollo; promover la participación de las poblaciones rurales, especialmente de las mujeres y de los grupos menos privilegiados, en las decisiones y actividades que afectan a sus condiciones de vida; aumentar la conciencia pública de la naturaleza del problema del hambre en el mundo; promover la transferencia de tecnologías al mundo en desarrollo; fomentar todavía más el sentido de solidaridad nacional e internacional en la lucha contra el hambre, la malnutrición, la pobreza, señalar a la atención los éxitos conseguidos en materia de desarrollo alimentario y agrícola.
En Montevideo se desarrollará una actividad organizada por FAO Uruguay en la Plaza de Comidas del Mercado Agrícola de Montevideo (MAM). Se trata de un concurso a nivel nacional para presentar recetas saludables y tradicionales, a partir de las cuales se realizó una publicación. A través de este proyecto se aspira a promover las prácticas de alimentación saludable de nuestra cocina, así como los aportes de otras influencias culinarias; a rescatar la identidad cultural a través de la memoria sobre la alimentación en la familia, en la comunidad; y el trabajo en grupo y la reflexión crítica en torno a las llamadas buenas prácticas de alimentación.